Me quedan 100 versos para escribirte
y moriré si no hice de este momento uno más,
me quedan miles de minutos todavía
menos tal vez ahora, menos imaginación también,
escribiré del tiempo que se acaba
de los pasos inseguros y de las llamadas telefónicas también,
me quedan muchas líneas tratando de envenenar mis decisiones,
borrando algunas veces (la mayoría en realidad)
porque mientras intento aquello que no se deja escribir
que no se deja dominar,
me quedan mucha paciencia en realidad,
un mar que no se escucha y un cielo que no se deja ver
mi ciudad nublada y su humedad,
quisiera que se acaben estos minutos,
con el ultimo punto que termine esta pasión,
y que deje a un lado estas canciones
y comiencen con una sonrisa el final,
como estos sábados de verano,
salida de mar, y de sol y de libertad,
me quedan muchos momentos para escribir,
y muchos recuerdos se asoman también,
frente a un mar regado de piedras,
un atardecer que mata, y dos corazones también,
no me obligues en este momento,
a soltar algunas lágrimas que me quedan muchas más,
quiero dejar esas estrellas en el lugar que las vi por última vez,
dejar al mar susurrando lo que silenciosamente escuchó,
no me dejes llenar de tristeza,
y arráncame con un beso esta pena que comienza a brotar,
soy parte de esta noche contigo,
del mar y las piedras heladas,
de la brisa y la noche que nos llegan a adorar,
soy parte de ti también esta noche,
noche que ya no es,
noche que ya no soy,
y presiento que desaparecerás como estas líneas
si fueran escritas en el mar,
no serán 100 versos por esta noche
pero son lo que quedo de una tarde sin ti...