Primer amor

Quise dedicar esto a un sueño que tuve ayer, a una historia, y talvez como las demás pasará desapercibida también, pero quizá quiero que se quede aquí por algún motivo que he dejado que se lleve la casualidad, ó smplemente porque hace unos días lo recordé otra vez y no supe como relatarlo, quisiera que se quede como lo imagino ahora, a algunos años de donde lo dejé, y que no lo desgasten más los años y mi irreverente memoria también...

No quisiera enredarme en fechas que no recuerdo, apenas habría cumplirdo 14 o tal vez menos, pero no más... ibamos de viaje a nuestra Ica de siempre, con sus arenas infinidas y los veranos incandecentes, donde mis primos y cerca de las millones de uvas que palpitan aún mientras recuerdo. Vacaciones de medio año le decíamos (le decían mis tías en realidad, porque para mí eran vacaciones y punto) y era la oportunidad de salir (y porqué no, ser libre) por unos días y no pensar en nada más que vivir, los días pasaban rápido, como siempre mis tíos y mis primas siempre engríendome ellos... uvas, mangos, higos, uvas de nuevo, estaba en el paraíso, uvas y más uvas son las cosas que amo de Ica.

Pero algo cambio en los últimos días, porque ella apareció (ó talvez siempre estaba ahí, no lo sé) de forma diferente, de forma cariñosa, inocente y casi irreconocible, sabía que mi mama se iba a ir, apenas el fin de semana, pero yo quería conocerla más, andabamos de la mano para todos sitios, conversabamos horas de horas, caminabamos como pocos y me engreía como pocas, disfrutaba mi cariño desmedido y comprendía mis rabietas, pero mi mama dale y dale que nos vamos... pero yo no me iba a ir, quería conocerla más, me escapaba para jugar por las noches con el grupo que había ahi, jugabamos a las escondidas (ahí si que no había luz) ó hacíamos preguntas inocentes hasta muy tarde (tarde para nosotros), todo mientras las horas pasaban, el domingo, gracias a mi perseverancia (terquedad literal, ni más ni menos) logré quedarme, luego de horas y horas de rogatorio para que mi mamá (otra vez) me cumpla mi capricho, aquella tarde se selló (y confirme también) que no era casualidad mis horas de más acá.... mis paseos a recoger mandarina a incompasible sol de Agosto solamente me hacían buscarla... no podía separarme, era mi vicio, miestras más oscurecia más cerca se sentía, regresamos abrazados a nuestro lugar, caminando junto a mis primas y amigos, nos creían grandes amigos, yo ya sentía escalofríos cuando la veía, todo oscurecía y juntaba aún mas mis manos con las suyas, llegamos a jugar el juego que nos lo sabiamos de memoria, pero esta noche iba a ser diferente, esta noche no me iba a esconder, me iba a esconder con ella....

Me está saliendo demasiado largo en realidad